"Los títeres que salieron de la maleta y dieron vida
a los colores-protagonistas del “cuento de los colores” hicieron
felices a niñas y niños… ¡también a mucha gente grande!- ojitos grandes y
brillantes, atención, silencio, sonrisas y carcajadas.
El
sapo Pepe es verde y, entre más cosas, es muy divertido porque su color
vive en la hierba, en los mocos de las y los niños y en las crestas
punkis.
El amarillo cobró vida en una marioneta… ¡con forma de
barra de pan! Y… es que el amarillo vive en el cereal. Lleva mucho
tiempo mal repartido y últimamente muta con facilidad.
El naranja
¡se había perdido! no estaba en la maleta con el resto de títeres, al
fin descubrimos ese color tan calentito en Zilina, una preciosa títere
de madera.
Titiritin no para de “comerse marrones” .Que lo pasa
fatal porque siempre cuando ocurre algo malo en el mundo de los colores
todo el mundo dice: -¡ha sido el marrón!
Y…con el rojo llegó Canela, enamoradiza donde las haya, siempre anda metida en líos de amor.
Al
fin llegaron el rosa y el azul, que cobraron vida a través de los
títeres de dedo Carmen y Paco. El rosa y el azul son dos colores muy
cariñosos, generosos, fuertes y valientes.
Pero al rosa le
habían prohibido pensar y decidir, y al azul le habían prohibido llorar y
tener miedo...A uno y a otra, les habían prohibido jugar con ciertas
cosas. Sin embargo aprendieron a escaparse, a cambiarse los juegos, a
poder llorar y sentir el miedo, a poder pensar…
Hasta que hartos
de que los incoloros les fastidiaran Carmen (Rosa) y Paco (Azul)
decidieron mezclarse y… fue así como salió el lila. Un color que vive en
todas aquellas personas que eligen, libremente, vivir sus infinitas
mezclas.
Tras el cuento, las y los peques pudieron elaborar sus propios títeres. ¡que entusiasmo!"
Ana Domínguez
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